En muchos espacios coworking existe la tarifa oficina virtual, para coworkers que no necesitan un espacio de trabajo pero que quieren formar parte de su comunidad de profesionales o que, simplemente, requieren una oficina para domiciliar su negocio o una persona que recoja la correspondencia y atienda las llamadas de sus clientes. ¿Pero, sabemos realmente qué es y qué implica ofrecer este servicio? ¿Prestamos un servicio de domicilio social o fiscal?
Debemos tener claro estos dos conceptos, sus implicaciones legales y cuestiones como…¿Quién debe recoger la correspondencia? ¿Qué pasa si no estamos en la oficina para recoger un correo certificado y caduca un plazo administrativo? ¿Quién es el titular del contrato? ¿Y si el coworker se va y seguimos recibiendo sus cartas? Podemos tener problemas con una “empresa fantasma”?
En LECO siempre decimos que con un buen contrato nos ahorramos muchos problemas. ¡Así que el gestor marca las normas y las condiciones para que todo vaya sobre ruedas!
3 cosas básicas sobre las tarifas virtuales y los domicilios en espacios coworking
1 No es lo mismo un domicilio social que un domicilio fiscal. Debemos tener claro si el coworker realiza su actividad en el espacio o si solo lo utiliza como central de su gestión administrativa.
2 Debemos dejar claro quién recoge la correspondencia y qué responsabilidades tenemos sobre el objeto recibido con el que actuamos como intermediarios
3 Somos más que un domicilio, así que… ¿Porqué no aportamos valor añadido al servicio? ¿Porqué no creamos una tarifa virtual para implicar a los profesionales con domicilio en el espacio? Podemos ofrecer días gratis de trabajo al coworking, descuentos en el uso de salas o promoción del coworker en la página web del espacio. ¡Es una buena forma de promover los beneficios del coworking a personas que aún no conocen nuestra filosofia! 😉
Maica Cabello, abogada, coworker y CEO de LECO; Laia Benaiges, publicista y CEO de LECO
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